La villa romana de la Loma del Regadío y la ruta de los molinos de la comarca del Bajo Martín.

 

Castillo de Albalate

La comarca del Bajo Martín se halla bañada por el río que le da su nombre; el rio Martín. Se trata sin duda de uno de los afluentes más importantes del Ebro por su margen derecha. Sus tranquilas aguas y numerosos remansos han configurado a su alrededor, a pesar de su clima semiárido, una serie de obras en forma de molinos para la molienda de la harina o para el procesado del aceite de oliva que a buen seguro nos van a sorprender.

Localidades como Albalate del Arzobispo, Híjar o Urrea de Gaen guardan grandes tesoros por descubrir de un patrimonio que habla bien a las claras de cuál ha sido y sigue siendo uno de los pilares básicos de su economía; el aceite de oliva. ¿Quieres descubrirlo con nosotros? ¿Te vienes?

 

Comenzamos nuestra ruta en la localidad de Híjar. Detenerse en este municipio es contemplar la Iglesia de dicada Santa María la Mayor, declarada Bien de Interés Cultural en 2001 por el Gobierno de Aragón, la ermita de San Antonio Abad, el Castillo Palacio de los Duques de Híjar o el conjunto urbano de la judería, declarado bien catalogado.

El paso del tiempo y la expansión urbana solo han dejado vestigios de una almazara que se encuentra en la orilla del rio Martín, al lado del puente en dirección a Zaragoza. Se halla  abandonada desde hace tiempo, pero el edificio aún queda en pie y todavía se pueden ver las muelas de piedra en el suelo.

villa Romana

Saliendo de la localidad, continuamos nuestro recorrido por la N. 232 dirección Zaragoza. A escasos metros tomamos la A. 224 y en unos 20 minutos llegamos hasta el municipio de Albalate del Arzobispo. En él, destacan su casco urbano el cual ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico por su belleza y su amalgama de culturas y el palacio arzobispal, cumbre del gótico civil aragonés. Así mismo, allí se encuentra junto al rio Martín, el monumental molino de la sociedad, uno de los más antiguos de los que se tiene memoria, pues fue mandado construir por el arzobispo Hernando de Aragón en 1564, como consecuencia del aumento de la producción de olivas y de la demanda correspondiente de aceite. En la actualidad solo quedan en pie las bases de dicho molino.

Regresamos de nuevo sobre nuestros pasos por la A. 224 hasta Urrea de Gaen. Desde la misma localidad sale señalizada una carretera en dirección a la Villa Romana de la Loma del Regadío. Se trata de una antigua residencia o casa de campo alejada del casco urbano de la localidad que conserva a la perfección su parte de villa urbana y su parte rústica.

Los hallazgos realizados en el año 1953 por el grupo de Hades, un grupo de excursionistas dedicados a la búsqueda y catalogación de yacimientos arqueológicos dieron su fruto unos años después, tras la intervención del museo de Teruel y el descubrimiento del Peristilo de la villa así como mosaicos con teselas y pinturas murales decoradas con formas diversas. Se trata sin duda del perfecto ejemplo de villa romana de “domus de peristilo” donde la parte rústica dedicada al trabajo y la transformación agrícola conforma su parte más importante.

Prensa romana

Pero lo que más llama la atención es que sabemos sus fechas de ocupación entre los S. I al V d.c. También sabemos las remodelaciones que debió de sufrir hasta convertirse en lo que hoy puede contemplarse, una verdadera factoría de aceite de oliva capaz de abastecer a una ciudad de casi 2000 habitantes. Son evidentes dos muelas y cinco prensas de palanca para aceite de oliva con sus respectivos depósitos de decantación y de acumulación con una capacidad para más de 17000 litros del dorado líquido. No nos dejará indiferentes la gran reproducción a tamaño real de la prensa de palanca que se halla en la “pars rústica” y que sirve para entender cómo debía de ser el proceso del prensado de la oliva. También, después de pasear por su interior, pronto nos daremos cuenta de que gran parte de la producción de la planta debía de destinarse al abastecimiento de lugares lejanos pero próximos como Caesaraugusta o Ilerda a través de las posibilidades de comunicación que ofrecía el Valle del Ebro.

No cabe duda que las sorpresas que nos guarda la Loma del Regadío son lo suficientemente espectaculares como para que todo el viaje hasta aquí haya merecido la pena.

Ahora ya solo nos queda regresar de nuevo a casa para disfrutar de estas localidades de la Comarca del Bajo Martín, las cuales guardan imponentes tesoros, vestigios propios de su remoto pasado.