Peñarroya, a los pies del Masmut.
Peñarroya de Tastavins es una pintoresca localidad de la comarca del Matarraña a los pies de las rocas del Masmut. Casi en el límite con la provincia del Castellón y situada a tan solo 25 minutos en coche de Valdealgorfa, te recomendamos la visita a esta población para disfrutar de su arquitectura popular, de sus tesoros patrimoniales, del magnífico entorno natural y de sus productos agroalimentarios. ¿Vienes de excursión?
Peñarroya es una acogedora localidad que invita a ser recorrida con sosiego, sin prisas, porque en su trazado urbano podrás detenerte a contemplar innumerables fachadas de viviendas tradicionales. Fachadas de piedra y mampostería en las que sobresalen preciosos balcones decorados con flores y aleros de madera. Te recomendamos iniciar el paseo en la parte baja, junto a la carretera tomando la calle Aragón, para ir ascendiendo en zigzag hasta el cerro del viejo castillo. De hecho, el núcleo urbano de Peñarroya es prácticamente una suma de largas calles paralelas asentada en media luna sobre una loma. En la parte baja se ubica la iglesia parroquial de Santa María la Mayor, templo barroco en el que destaca su fachada y la esbelta torre campanario.
Conforme callejeamos vamos admirando casonas nobles de estilo aragonés, con ejemplos impresionantes como la “Casa Palomo”, rincones de piedra decorados con macetas, y espacios cargados de historia. Porque en Peñarroya el tiempo parece detenerse. Al final de la calle del Carmen se encuentra la Capilla de esta santa, antiguo portal del recinto amurallado que poseyó la localidad. Desde este punto avanzamos hasta llegar a la vieja Casa Consistorial, sede del poder civil desde finales del siglo XVI que todavía conserva en la zona baja la cárcel. A escasos metros del ayuntamiento tenemos un magnifico balcón en esquina, quizás el elemento más conocido y fotografiado de Peñarroya. Todavía nos queda ascender un poco más para visitar el cercano Museo etnológico “lo Masmut”, los restos del castillo medieval y finalmente atravesar la roca “foradada” para recorrer un pequeño sendero convertido en parque de la vivienda tradicional, con recreaciones desde la prehistoria hasta la Edad Media.
Pero la población es conocida sobre todo por el Santuario de la Virgen de la Fuente. A tan solo 1 Km del centro urbano, constituye uno de los tesoros más valiosos del patrimonio aragonés, un conjunto formado por la vieja ermita gótica, la hospedería y la iglesia barroca. La ermita gótica del santuario conserva un magnífico artesonado mudéjar del siglo XIV, donde destacan las cruces de la orden de Calatrava que dominó la población en el medievo. Una obra que muestra el arte de los carpinteros mudéjares que convivieron en la Corona de Aragón con cristianos y judíos. Esta joya, como todo el mudéjar aragonés, está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 2001. En este lugar se ubica además la oficina de turismo y el Centro de interpretación del Porcino, rindiendo homenaje al animal más importante para la economía de Peñarroya en su pasado, presente y futuro.
Los más pequeños y los amantes de la paleontología tienen en Peñarroya un espacio de obligada visita. Se trata de Inhospitak, la subsede de Dinópolis donde podemos aprender y disfrutar del apasionante mundo de los dinosaurios, que tantos restos y huellas dejaron en el cercano barranco de l´Escresola y en la provincia de Teruel.
Y para los practicantes del senderismo, la escalada y el montañismo, Peñarroya posee las rocas del Masmut, un conjunto compacto de conglomerados rojizos de más de 100 metros de desnivel, a tan solo 11 de la localidad. Para llegar hasta allí se parte de la población atravesando la balsa de Sant Miquel, el mirador de la buitrera, el mirador de las rocas y el arroyo de los Prados. Un recorrido para disfrutar del paisaje de los Puertos de Beceite que puede realizarse tanto a pie como en turismo y que cuenta con una senda para subir a lo alto sin necesidad de escalar.
Si visitas Peñarroya no puedes irte sin degustar los productos estrella de esta tierra: el jamón, los embutidos del cerdo, el queso, el ternasco, el aceite, els crespells… o repostería en forma de casquetes, mantecados, brazos de gitano y almendrats. Y en otoño, su término municipal guarda una gran variedad de setas que son recogidas por paisanos y visitantes.
¿Necesitas algo más para pasar unas horas disfrutando cerca de nuestra casa rural?