Las Parras de Castellote y la almazara de Jaganta,

una excursión de Casa Rural Valero al Bajo Aragón tradicional.lasParras_Paseo

Casa rural El Corral de Valero te invita a conocer la pequeña localidad de Las Parras de Castellote en el Bajo Aragón de Teruel, situada en el límite con la vecina comarca del Maestrazgo. Un lugar tranquilo rodeado de pinares donde podrás descubrir arquitectura popular, antiguas obras de ingeniería hidráulica y una impresionante almazara de aceite del siglo XVII en la pedanía de Jaganta.

¿Haces el recorrido con nosotros?

 

Para llegar a Las Parras, situada a 50 Km de Valdealgorfa, tenemos dos opciones. La más cómoda es partir hacia Alcañiz y Calanda, y desde aquí tomar la A-226 que conduce hasta Mas de las Matas y Castellote. Justo antes de llegar a la presa del pantano de Santolea, un desvío a la izquierda nos conducirá hasta Jaganta y Las Parras. La otra opción, para aquellos que quieran disfrutar del paisaje y de carreteras secundarias, es tomar la N-232 dirección Castellón hasta el desvío de La Cerollera, por la A-1409. De este modo atravesaremos Cañada de Verich y La Ginebrosa hasta llegar a Aguaviva. Aquí cogemos el desvío a la izquierda por la TE-8301 que nos conducirá hasta Las Parras de Castellote.

PortaldeSanAntonio_redimensionarEmpezamos el paseo en el Portal de San Antonio, sobre el cual se
edificó la típica capilla abierta. Desde aquí accedemos a la calle del mismo nombre que nos conduce al centro de la población, donde se ubican los edificios más destacados. Por un lado, la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari, construida en el siglo XVII y en la que la desnudez exterior contrasta con la decoración en estuco de su interior. Por otro lado, la calle nos muestra notables ejemplos de arquitectura civil, con grandes arcos dovelados e interesantes inscripciones grabadas en la piedra. Su cercanía al templo y la decoración mencionada nos hacen pensar que sus antiguos propietarios estuvieron ligados con la vida eclesiástica, siendo así testimonios del rico pasado histórico de la población.

Pero sin duda, Las Parras sorprende al visitante por el conjunto hidráulico conservado, constituyendo un perfecto “museo viviente” dedicado al aprovechamiento del agua en el Bajo Aragón histórico. Además del pintoresco puente de piedra que une las dos partes de la localidad, sobresalen el conjunto formado por la fuente-abrevadero-lavadero y la noria de sangre.

Restaurados hace unos años, los lavaderos siguen siendo punto de encuentro para los vecinos, especialmente para los grupos de mujeres que siguen utilizándolos como antaño para lavar la ropa, dejando que se sequen en los magníficos maderos que cuelgan sobre el agua. Unos metros más abajo nos encontramos una construcción de piedra seca, a modo de torreón circular. Se trata de la noria construida en el siglo XIX, curiosa obra de ingeniería hidráulica que sirvió para elevar el agua mediante un mecanismo accionado por caballerías en la zona superior, de ahí que se la denomine noria “de sangre”. Así, el agua del arroyo acumulada en su interior llegaba finalmente a los huertos situados en una zona superior a través de un canal de teja árabe.

Lavaderos en Las Parras

Tras este paseo por Las Parras, nos queda la visita obligada a su barrio de Jaganta,
a tan solo cinco minutos en dirección a Castellote.

En Jaganta se ubica uno de las joyas de la etnografía y arquitectura industrial de Aragón. Hablamos de la antigua almazara o molino de aceite. Construido en el siglo XVII, nos encontramos con un espacio que nos invita a viajar al pasado.IMG_0533

La almazara conserva todos los elementos y espacios originales dedicados a la fabricación de aceite de oliva. Cuando entramos en el edificio quedamos impactados por la gigantesca prensa de viga o libra, formada por seis maderos unidos con piezas de hierro, y encajada en la robusta pieza de piedra, denominada piernas o vírgenes. En el otro extremo, la pesada viga de piedra circular, con la caracola o tornillo de madera que giraba accionado por la fuerza de cuatro hombres.

Intacta queda también la zona dedicada a la moltura de las aceitunas: la muela o rollo de piedra que giraba mediante fuerza animal.

Otros elementos que podemos ver son el horno para mantener la temperatura adecuada en invierno y hervir el agua que servía para escaldar los “capachos” de esparto tras la primera prensada de la pasta, la pila en el que se recogía el aceite, y las más recientes pilas de decantación y prensas eléctricas. Sin duda, un espacio evocador del viejo proceso de elaboración del aceite de oliva, el oro líquido del Bajo Aragón que tanta fama internacional ha adquirido desde tiempos inmemoriales.

Tras visitar la almazara, todavía podemos realizar un pequeño paseo por Jaganta, acercándonos a su viejo lavadero bajo la iglesia de San Felipe y Santiago, disfrutando del aire fresco y de la tranquilidad en estado puro, pues la armonía entre hombre y naturaleza se hace aquí latente en cada rincón.

Esta es una más de las muchas rutas que os ofrecemos desde Casa rural El Corral de Valero para descubrir pequeños rincones del Bajo Aragón. ¿Aún no estás seguro de venir a conocernos?

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